El reencuentro en canoa. Buenos Aires y Tigre.

¡Ya es viernes!Susana y su familia me llevan a la Plata, ellos tienen “un casamiento” allí y así sólo tendré una horita y media de bus hasta Buenos Aires. Y tatachán!!!Aysss.. ¡ahí está!!¡el superabrazo!!Tenía tantas ganas..Jorge y Ale, me reciben. Conocí a Jorge cuando fui a Chile. No nos separamos desde que nos conocimos. Le quiero con locura y las risas continuas son la tónica del día con él..ahora vive aquí, en Buenos Aires, con Ale, su chica, otro  tesoro. Ellos se encargarán de enseñarme la Capital Federal, aunque reconozco que la ciudad pasó a segundo plano con esta compañía, y los recuerdos que quedan son las buenas conversaciones, las risas, pinchos, parrillas, carne, pescado, imponentes desayunos, descanso, paseos al ritmo, y dulces sueños en esa acogedora casita. 

Jorgito y yo!

El Federal, uno de los Muchos cafés espectaculares de Buenos Aires

Allí además, por sorpresa para mí nos juntamos con Laura, Feña, Cristina y Silvia, que han venido desde Santiago a pasar el fin de semana, así que a disfrutar de la compañía y los recuerdos.

Habíamos quedado también con Elenica. Algún problemilla de salud hace que no venga y la echemos de menos todo el viaje. Cambiamos el plan de Uruguay y nos vamos a Tigre, un territorio que reparte su población a lo largo de pequeñas islas, a unos 35 km, de Buenos Aires. Allí parece que el tiempo se detiene, que las prisas son lentísimas y que la Tierra gira tranquilita. Cada uno va en su barquita y tiene su embarcadero. Desde las casas más humildes hasta los palacios más lujosos. Nosotros paseamos, comemos y alquilamos una canoa, para conocer el lugar. Estamos tan emocionados, y queremos aprovechar el tiempo tanto, que la paliza de la remada es considerable..Yo feliz, disfrutando y entrenando.

Terminamos empapados y hacemos la vuelta con estas pintas.. por Buenos Aires en toalla, y Jorge disfrazado de atleta..Da igual, que nos quiten lo bailao!

Besines..